No te preocupes de las borrascas ni de las tormentas, ¿no tienes a María? Me he propuesto que ames mucho a la Señora porque veo que es lo primero que tienes que hacer para ser santo y como te falta mucho, ese es el medio más rápido para empezar a amar a Dios: amar a su Madre.
Nadie sabe lo que es un Trapense loco y chiflado de amor a Dios y a la Virgen.
¡María!... ¿ ¿quién mejor que Ella para comprender, para ayudar, para consolar, para fortalecer?
Quisiera, Señor, mirar solamente al cielo, donde Tú me esperas, donde está María, donde están los santos y los ángeles bendiciéndote por una eternidad.
En la infinita misericordia de Dios quedan ocultas nuestras miserias, olvidos e ingratitudes. En su cruz… el consuelo que en nuestras penas nos niegan muchas veces los hombres. En su evangelio la única Verdad… Y en su Madre María, todo lo demás; ¿te parece poco?
¡Qué bien conoce Dios el corazón del hombre, pequeño y asustadizo! ¡Qué bien conoce nuestra miseria, que nos pone ese puente que es María! ¡Qué bien hace el Señor las cosas!
Honrando a la Virgen , amaremos más a Jesús. Poniéndonos bajo su manto, comprenderemos mejor la misericordia divina. Invocando su nombre, parece que todo se suaviza. Y poniéndola como intercesora, ¿qué no conseguiremos de su Hijo Jesús?
¡Es tan buena la Virgen María ! No hay pena que Ella no dulcifique, no hay alegría que Ella no santifique.
Que lindo momento que has pasado !!! Gracias por llevarnos contigo a María. Beso grande.
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