El matrimonio espiritual

Córdoba, 28 de Septiembre de 2011

Esto me sucedió un domingo hace alrededor de un mes.  Estábamos organizando la cadena de oración por Agustín Bustos Fierro.  -Ya habíamos hecho una con gran éxito por Joaquín-.  Nos dividimos las misas, hicimos una planillita en Excel con los horarios, haciendo turnos de 15 minutos.  A mí me tocó la misa de 9, 30 de en Fátima.

Fue un gusto levantarme para esta tarea aunque en casa todos dormían.  Fui, y avisé en la misa de la cadena de oración, esperé afuera.  La gente iba saliendo y no me decía nada, ya me empecé a sentir incómodo.  De a poco se fueron anotando y llené algunos lugares.  Y la última señora que se anota, cuando le pido el nombre se ríe y me dice “Teresa del Niño Jesús”.  Esto me impactó pues hacía un tiempo que me había hecho devoto de esta santa, y estaba rezando su novena.

Luego me fui a la iglesia de Virgen Niña y dejé la hojita para que se siga con esta posta.

En la misa de 11 hs. en Santa Mónica sucedió algo hermoso, se llenó la planilla y nos faltaba todavía la misa de 20 hs.  La gente hacía cola para anotarse.

Al medio día me llama Ariel y me dice que el grupo que hace la oración después de la misa de 20 hs. no podía ir y que nos había dejado esa tarea.  Para mí fue una gran alegría saber esto.  Lo sentí como un regalo.  Les aclaro que nunca supe bien que se hacía en la adoración.

Nos juntamos en casa de Ariel, y su señora tenía un librito para Adoración, se llamaba algo así como “15 minutos con Jesús”.  Justo el padre Julio había hablado de este librito en la misa de 9,30 hs.

Finalmente fui a la Adoración cerca de las 21hs.

Fue un momento hermoso, y sentí un enorme deseo de casarme con Jesús.  Así lo sentí, y por dentro no entendía mi cabeza nada, pensaba, pero si estoy casado, pero si tengo familia.  Esto fue muy fuerte.  Era hermoso, me sentía plenamente enamorado, pero no sabía como contarlo, que iban a pensar…

El lunes por suerte en Radio María hablaron de San Juan de la Cruz y lo que el llama el matrimonio espiritual.  Ahí empecé a tener más sustento de donde agarrarme.

El martes lo comenté con Noelia, en una misa que participamos juntos, y ella me contó otra experiencia en su oración al padre Pío.

Luego busqué en Internet y dí con un bellísimo artículo que trataba el tema, y después con un capítulo de Santa Teresa en “Las moradas” que también habla de esto.

Ahora, comprendo que no se dio en mí este “matrimonio espiritual” pero sí y es muy valioso para mí, el enorme deseo de llegar allí.  Me siento como una de las 10 vírgenes que esperan al esposo, completamente enamorado.

No vayan a pensar que están leyendo a alguien valioso, yo mismo me he sorprendido luego de esta experiencia en las brutezas que he caído.  Lo bueno es que este deseo continúa, y me impulsa ha hacer cambios en mi vida que no había podido llevar adelante hasta ahora, en el trato con mi señora, en el trato con mis hijos, en mi trabajo.  Siento que todo lo podemos cuando es por amor a Cristo.  Lo hermoso de este camino que empezó en diciembre de 2010 es haber pasado de una fe racional, a una vivencia de Dios como Papá que nos mima, de una Mamá del Cielo que nos ama enormemente y nos conduce a Jesús, de un Jesús que sigue cuidando su Iglesia, de la comunión de los santos.  Para mí es una gracia el darme cuenta que mis logros se los debo a Dios y no a mis méritos.

Sin lugar a dudas mi vida cambió para siempre, y sólo anhelo hacer la voluntad de Dios, ser cada vez menos para que Él brille.

Juan Marcos.

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El matrimonio espiritual. La maravilla de ser hijos de Dios. P Angel Peña