6 feb 2012

Cómo y porqué se ejecutó la CRUZ CÓSMICA III

Testimonio del artista Josep Cárceles


Durante la semana espero ansioso que lleguen los atardeceres de los miércoles. ¿Por qué? En la capilla del Santísimo de la parroquia de Calella de la costa nos reunimos un reducido grupo de personas, pertenecientes a la Renovación Carismática, para cantar y alabar al Señor. Dos horas espiritualmente intensas donde los efluvios del Espíritu Santo nos inflaman en elevados ardores. Las canciones son alegres y rítmicas. Reconozco que no estoy dotado para el Bel Canto, hago lo que buenamente puedo, pero quien canta, reza dos veces.
La iglesia de Calella fue quemada y parcialmente destruida durante la guerra civil. El poder de persuasión de los ateos y agnósticos fue tan necio, que al carecer de argumentos convincentes, la razón la impusieron a fuego pasando por las armas a sus pastores y devotos.
Los pelados muros del templo disimulan sus heridas ostentando una lánguida y blanca vacuidad. El presbiterio lo preside una colosal pared de 10 metros de alto por 10 metros de ancho, completamente vacía.
El Señor, en su magnanimidad, me sugirió una obra tan ciclópea como el propio muro. Una cruz de planta griega donde su sangre santificase y vivificase a toda la creación.
Ante la negativa del párroco de sufragar los gastos de la construcción y la imposibilidad de que corrieran a mi cargo, decidí reducirla a dos metros de altura. La quinta parte de la que será algún día en la realidad. Ignoro el destino final de esta cruz. Jesús sabrá porque me la encargó realizar y donde se ubicará. ¡Qué más da! Pero el solo hecho de retarme a levantar otra cruz me espoleó con inusitada energía.
En ocasiones los diseños de una cruz pueden ser más originales, deformándola en sugestiva apariencia. Para ésta en concreto, quise que fuera explícitamente rotunda. La complejidad de la estructura radicó en utilizar mis conocimientos y habilidades en carpintería para conseguirla robusta y a la vez liviana.
Los pigmentos de color también serían totalmente distintos a los utilizados hasta ahora. El impacto visual debía hallarlo en el color y textura, no en su forma. Una malla otorgaría a la cruz la rusticidad de los primeros cristianos además del blanco, signo de pureza y de luz. Blanco era el lienzo en el descendimiento de la cruz. Blanca era la sábana santa en su sepulcro. Blanca era también su túnica en la ascensión.
Los trazos de la divina Sangre los logré incorporando arpillera en su cuerpo para que resaltaran sobre la cruz.
Asimismo, las arenas gruesas que navegan en la trayectoria centrípeta, tanto podían ser los cuerpos celestes gravitando en su orbita como las almas de toda la creación. El macrocosmos y el microcosmos orbitando alrededor de su núcleo.
El centro de la cruz lo representé en la ausencia de todo cuerpo ajeno a la divinidad, significando la pureza de la lana del Cordero inmolado, la pureza paternal de las barbas de Dios Padre así como la radiación del Espíritu Santo en su manifestación de blanca paloma.
Para dotar a la sangre de irisados carmesíes y reflejos dorados, embadurné mis manos con todas las pinturas al óleo que disponía en la gama de los rojos, amarillos indios, magentas y púrpuras. Suavemente fui deslizándolas por los relieves sinuosos. Las arenas de sílice volvieron a provocar, sin darme cuenta, pequeños cortes en las yemas de los dedos, al estar enfrascado en el resultado de la purpúrea nebulosa. Solo después, entusiasmado del trabajo realizado, y cuando el aguarrás disolvió los pigmentos oleosos de mis manos, el terrible escozor provocó que evidenciara que mis manos ensangrentadas terminaron de dar la verdadera y actual apariencia.


En honor a la verdad, no podía construir aquella cruz, evitando y salvaguardándome del todo en algún riesgo. Tampoco estaba complacido en herirme tanto con ella, ya que las infecciones debidas a las abrasivas sustancias, inutilizaban mis manos por varios días. Y aún oír a mi esposa con sus lógicas y sensatas reclamaciones al no ir con más cuidado.
-¡Hazlo con pinceles, esponjas, lo que se te ocurra! Pero… ¿las manos? ¡Qué locura!
-¡La locura de Dios! –Gritaba la voz de mi alma en gozoso acento.
Imprimí una novedad en la obra, ¡mejor dicho!, dejé de imprimirla exclusivamente para esa cruz. ¡Mi firma brillaría por su ausencia! El icono habitual que ostentan todas mis creaciones, precisamente en esa no se descubriría. ¿Por qué? A ciencia cierta no lo sé, pero esta cruz es la del Señor, no la mía. Mi cruz la llevo viviendo la vida, aguardando a que algún día se me lleve con la misión cumplida. Hasta ese día, le repito a cada amanecer:
-¡Qué mandáis hacer de mí!

3 comentarios:

  1. Es para mi un gran motivo de emoción, Ver revelada aquí, la intimidad de mi relación con Jesús a través de las obras que Él me inspira. Ojalá fuésemos tan dóciles a su amor para conformarnos en todo a Él.
    Pero he de confesaros que yo soy sólo el mensajero. El mensajero ha hecho su trabajo.
    Ha construido la cruz que le encargó la Luz.
    No hay mérito alguno, ya que Dios dispuso en mi de todas las herramientas y capacidades para realizarla.
    Él sabrá que hacer con ella.
    Él sabrá que utilidad tendrá.
    Él sabrá que puerta abrirá.
    Yo sólo esperaré, como fiel obrero, a un nuevo encargo para ponerme manos a la obra.
    Recibid, familia orante, de este peregrino mi sincera gratitud y amor.

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  2. Pilar, de Cáceres7 de febrero de 2012, 10:48

    Josep:
    Los que contemplan la Cruz Cósmica, se sienten fascinados por la energía que comunica y nos hacen muchas preguntas. Produce inquietud en los no creyentes... y entusiasmo en los que creen. Vemos reflejada en la Cruz el amor infinito, la pasión desbordante, de la entrega rotunda de nuestro Cristo enamorado. Vemos la Eucaristía, en el Cuerpo y la Sangre de Nuestro Señor, vemos el Espíritu Santo que sopla con fuerza, y nos embarga un profundo deseo de tocarla. ¡Gracias por rajar tus manos pero sobre todo tu corazón al hacer esta gran obra!

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  3. muy impactante Josep tu testimonio de como nació esta obra, esta cruz...enriquece muchisimo saberlo y ayuda apreciarla aún más...gracias!

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