29 feb 2012

Desierto cuaresmal: Acción y Contemplación


Dice don Manuel González que Jesús Eucaristía nos llama a ser hombres y mujeres de “contemplación” y de “acción”.

“Contemplativos”.
Ser contemplativos significa mirar a Jesús, ir con Él al desierto, acompañarlo en sus luchas interiores, en sus tentaciones, en sus horas de soledad, silencio y oración, de profunda intimidad con el Padre. Y desde nuestro carisma eucarístico reparador, contemplarlo abandonado o poco o mal acompañado hoy en su vida eucarística. Mirarlo, para convertirnos, es decir, para caer en la cuenta de lo que nos separa, y pedirle que nos acerque a su Corazón, como el discípulo amado, y nos asemeje cada vez más a él. ‘Mirarlo’, ‘estar’ y ‘sentir’ con él. Y nuestros corazones se irán uniendo con el suyo, y seremos uno. Porque dos corazones que laten al mismo ritmo son un solo corazón.

“Activos”. 
La certeza de sabernos amados por Jesús Eucaristía nos impulsa a la misión. ¡No podemos callar lo que hemos experimentado, lo que hemos visto y oído, lo que ha dado un nuevo sentido a nuestra vida! ¡Ay de mí si no predicara el Evangelio! Jesús marchó a Galilea, a anunciar a todos la llegada del Reino de Dios. También nosotros vamos cada día a ‘Galilea’ en nuestra familia, en nuestra comunidad, en cada persona con la que nos encontramos. ¡No tengamos miedo de proclamar a todos la Buena Noticia de la Eucaristía, de anunciar que Dios vive y está entre nosotros!

Nos dice el Beato don Manuel:
Ésa quisiera yo que fuera la consigna de la acción y del apostolado: ‘dar a los demás lo que se ha contemplado’; esto es, llenar los ojos, los oídos, el corazón de contemplación de Jesús abandonado, y después… hablar y hacer lo que se quiera. (Florecillas de Sagrario)
Acompañemos a Jesús a través del desierto cuaresmal, y con Él, por Él y en Él, vayamos a anunciar por los caminos de nuestra vida la Buena Nueva de la Eucaristía.

Misioneras Eucarísticas de Nazaret

27 feb 2012

Carta de Jesús

         ...Y lo que os pido, lo que te pido, es que me prestes tus manos para que con ellas yo pueda seguir curando, bendiciendo y acariciando. Te pido que me prestes tus pies para que pueda seguir acudiendo a las llamadas de tantos desvalidos y para correr detrás de los que se descarrían. Te pido tus labios, para besar a tantos niños y a tantos hambrientos de amor. Te pido tu lengua, para seguir dando buenas noticias a los pobres y denunciar a los hipócritas y opresores. Te pido tus ojos, para mirar con ternura y cariño a toda la gente.
            Te pido tu rostro, para sonreír a cada uno, para sonreír a pesar de todo, para iluminar todas las situaciones con mirada de gracia, de paz y de alegría. Estáis tan nerviosos y preocupados, que lo llenáis todo de angustia. Te pido tu corazón, para que yo pueda seguir amando a mi manera.
            Si me los prestas, no hace falta que te desprendas de ellos. Es muy sencillo: utilizados tú como si fuesen míos, como si ahora te los prestara yo. Haz tú con ellos lo que estoy deseando hacer yo.
            Sonríe, pues, aunque no tengas ganas de hacerlo, pero sabiendo que yo lo quiero. Comparte, aunque te cueste, pero piensa que yo lo haría.
            Te infundiré mi Espíritu, para actuar yo desde tú mismo. Te enseñaré el modo y la manera, te daré la fuerza y la capacidad. Yo me prolongaré en ti. Tú serás mi instrumento. Tú y yo seremos, te lo aseguro, un Dios para el hermano.
            Te lo pido por el amor del Padre, por el dolor de los inocentes, por todo lo que más quieras. Y mientras espero tu respuesta, te envío un beso.
Jesús

22 feb 2012

CUARESMA: ¡Convertíos con corazón sincero!


Que nuestro Señor Jesucristo, que premia con suma generosidad, os dé la recompensa de vuestras fatigas.

Huid del mal, rechazad los peligros. Nosotros, y todos nuestros hermanos, aunque indignos, pedimos constantemente a Dios Padre, a su Hijo Jesucristo, y a la Virgen María, que estén siempre a vuestro lado, y os ayuden en la salvación de vuestras almas y vuestros cuerpos.

Hermanos, vivamente os exhorto a que os preocupéis, con prudencia y diligencia, de la salvación de vuestras almas. La muerte es segura, la vida breve, y se desvanece como el humo.
Centrad vuestro pensamiento en la pasión de nuestro Señor Jesucristo, que por el amor que nos tenía bajó del cielo para redimirnos; que por nosotros sufrió toda clase de tormentos de alma y cuerpo, y no evitó suplicio alguno. Con ello nos dejó un ejemplo soberano de paciencia en las adversidades.

Deponed toda clase de odio y de enemistades; tened buen cuidado de que no salgan de vuestra boca palabras duras y, si alguna vez salen, no seáis perezosos en pronunciar aquellas que sean el remedio saludable para las heridas que ocasionaron vuestros labios; por tanto, perdonaos mutuamente, y olvidad para siempre las injurias recibidas. Porque el recuerdo del mal recibido es una injuria, complemento de la cólera, conservación del pecado, odio a la justicia, flecha oxidada, veneno del alma, distracción del bien obrar, gusano de la mente, motivo de distracciones en la oración, anulación de las peticiones que hacemos a Dios, enajenación de la caridad, espina clavada en el alma, iniquidad que nunca se acaba, y muerte cotidiana.

Amad la paz, que es el mayor tesoro que se puede desear. Ya sabéis que nuestros pecados provocan la ira de Dios; arrepentíos para que El os perdone por su misericordia. Lo que ocultamos a los hombres, es manifiesto a Dios; convertíos, pues, con sinceridad. Vivid de tal manera que obtengáis la bendición del Señor, y la paz de Dios nuestro Padre esté siempre con vosotros.

De las cartas de San Francisco de Paula

21 feb 2012

Jesús escondido en la Eucaristía

"Multitud de Sagrarios
existen en la redondez de la tierra,
pero solamente un Dios,
que es Jesús Sacramentado,
consoladora verdad,
que hace estar tan unidos
el monge en su coro,
el misionero en tierra de infieles,
y el seglar en su parroquia,
ni hay distancias ni hay edades
.....al pie del Sagrario estamos todos cerca,
Dios nos une, pidámosle,
por mediación de María,
que algun dia, alla en el Cielo
podamos contemplar a ese Dios
que por amor al hombre,
se oculta bajo las especies de pan y vino.
Así sea"
Rafael. Ávila 22 de Noviembre de 1933

17 feb 2012

Señor, guía mis acciones

Señor,
quédate conmigo y guía todas mis acciones,
mis palabras y mis pensamientos.
Guarda mis pies, para que no anden ociosos,
sino que caminen al encuentro de las necesidades de los demás.
Guarda mis manos, para que no se abran para hacer el mal,
sino para abrazar y ayudar a todos.
Guarda mi boca, para que no diga falsedades ni cosas indebidas,
y no hable mal del prójimo.
Al contrario, que esté siempre dispuesta para animar a todos y para bendecirte a ti, Señor de la Vida.
Guarda mis oídos, para que no pierdan el tiempo en escuchar palabras falsas o sin sentido,
sino que estén siempre atentos
a escuchar tu misterioso mensaje
para cumplir hoy también tu voluntad. Amén.

Plegaria del siglo VIII

16 feb 2012

La oración de María sostiene nuestra oración

Padre Pablo Domínguez
de su libro Hasta la cumbre


La vida entera de María es un hermoso ejemplo de entrega a la Voluntad divina. Todo en su persona irradia la felicidad que nace de la aceptación confiada a los designios del Señor. Ella es la bienaventurada, la llena de Gracia. Ella es la mujer plena, la mujer forjada en la perfección de su "‘sí’  a los planes del Creador.
La joven que Dios ha elegido para que sea verdadera madre del Hijo que se va a Encarnar es la prueba cierta, evidente, de que las grandes obras del Altísimo se hacen en el silencio del corazón y en la discreción del alma.
La acogida de María al plan salvífico de Dios no tiene reservas: es absoluta y definitiva, es para siempre. La ancilla Domini, la esclava del Señor, es manifestación gloriosa de la fuerza del Espíritu que santifica y glorifica la acción salvadora para con el hombre.
Por eso, la vida de la Virgen es una expresión acabada de oración, porque sus días y sus horas son una alabanza permanente, una honda acción de gracias al Señor.
“Proclama mi alma la grandeza del Señor, se alegra mi espíritu en Dios, mi Salvador”.
Es en el corazón de María donde se actualiza, día a día y hora a hora, el misterio de la fe sin dudas, de la esperanza sin desconfianza, del amor que no defrauda.
Ella “conservaba todas estas cosas en su corazón”, nos cuenta el evangelista san Lucas (Lc. 2, 41-51) para enseñarnos cómo el camino de María debe ser, en definitiva, el camino de cada cristiano.
De María, así, con sencillez y sin alharacas, aprendemos que la oración es, primariamente, acción de gracias al Señor. La oración de cada uno de nosotros ha de constituirse, antes que nada, en alabanza y agradecimiento. La mirada de la fe sobre toda la realidad cotidiana tiene que fijarse, como lo hacía nuestra Madre, en el don inmenso de sabernos hijos de Dios. De este modo, las pruebas o sufrimientos, las contrariedades o nuestra propia debilidad, se iluminan con la certeza de que estamos llamados desde nuestro bautismo a una vida que trasciende el tiempo concreto de nuestro peregrinar por la tierra.
En este tiempo pascual nacido de la noche santa de la Resurrección de Cristo, María es, si cabe, la figura más atrayente del relato de los Hechos de los Apóstoles. Ha sufrido el dolor de la pérdida del Hijo, pero se ha alegrado con su triunfo sobre la muerte y ahora, con los apóstoles, aguarda la llegada del Espíritu que va a animar la vida de la Iglesia naciente.
“Todos perseveraban unánimes en la oración con algunas mujeres, con María, la Madre de Jesús” (Hechos, 1, 14). Aquí, la oración es ya de súplica para impetrar la protección del Altísimo sobre la misión evangélica que la Iglesia ha recibido de manos de Cristo.
María es, de este modo, la Madre que escucha las peticiones de sus hijos y las transmite al Hijo que ha ascendido a los cielos. ¡Qué fuerza tiene esta oración que, de manos de María, llega a quien está sentado a la derecha de Dios Padre!
La tradición del pueblo cristiano siempre ha tenido claro que dirigirse en oración a María es algo así como “orar dos veces”. Ella acoge maternalmente toda súplica e intercede, como Madre, ante su Hijo; Ella nos enseña a orar con confianza y no deja de escuchar ninguna de nuestras peticiones. ¡Qué enorme alegría sabernos hijos de esta Madre que ama con el amor del mismo Cristo!
El Concilio Vaticano II nos ha recordado que Ella, María, la Virgen Madre de Dios y Madre nuestra, “con su amor materno se cuida de los hermanos de su Hijo, que todavía peregrinan y se hallan en peligros y ansiedad hasta que sean conducidos a la patria bienaventurada” (Lumen Gentium, nº 62).
Por eso, la oración de María es como el regalo que nos garantiza el valor de nuestra propia oración.
A Jesús, siempre por María.

15 feb 2012

La santidad es la más profunda vocación humana

Los creyentes, con la belleza y la dignidad de su vida, son testigos gozosos de Jesús resucitado. Viven del Espíritu de Cristo y en Cristo, porque su vida se alimenta en la mesa del Señor, donde cada día pueden asistir al milagro de la Eucaristía, y donde el Cuerpo entregado y la Sangre derramada del Señor se ofrecen en abrazo de unión que les permite hacerse una carne con el Cuerpo resucitado de Cristo y un cuerpo con sus hermanos.

Con entrañas de Eucaristía ofrendan y hacen fecundos todos los espacios y todos los momentos de la vida, no como conquista humana, sino como fruto del don acogido. Viven del don que nunca deja de ser a la vez promesa futura y tarea presente, adoración postrada y obrar diligente, conscientes de que la historia es el tiempo que Dios se toma para ir haciendo a su criatura hasta conducirla a la plenitud querida por Dios y ya manifestada en la Humanidad glorificada de Cristo.

La existencia de los creyentes es un caminar continuamente orientado hacia Cristo, con el oído despierto a su Palabra meditada hecha carne, que les posibilita vivir con sobrecogedora dignidad la prosperidad y la adversidad, la salud y la enfermedad, todos los avatares y los momentos de la existencia, incluso la temida vejez y la muerte, abiertos al don del Espíritu de Cristo resucitado que les permite vivir la cruz no desde la rebeldía y la desesperanza, sino desde la fecundidad de la obediencia, confiados en la misericordia del Señor que les ha prometido vivir eternamente con Él.

Los creyentes se desbordan en compasión y perdón; entregan la vida que se aprecia y se acoge como un don precioso para que se haga don para otros y despierte el deseo de entrega, de amar y servir, porque comprenden que la gloria del hombre es perseverar y permanecer en el servicio de Dios, un Dios que en Jesucristo, el Hijo hecho Siervo por Amor, ha salido a su encuentro: los ha acogido, los ha lavado, los ha servido, los ha alimentado, los ha liberado, los ha fortalecido hasta hacerlos presencia suya en medio de los hombres, sin que por ello se crean superiores a los demás: simplemente se sienten y actúan como servidores del don, y esto constituye su gozo y su recompensa.

Madre Verónica Berzosa
Fundadora de Iesu Communio

13 feb 2012

¡Mírame, mi buen Jesús!



Mírame, oh mi amado y buen Jesús!
en tu presencia me postro de rodillas,
y con el mayor fervor de mi alma
te pido y suplico que imprimas
en mi corazon vivos sentimientos
de fe, esperanza y caridad,
verdadero dolor de mis pecados,
y propósito firmísimo de enmendarme,
mientras con gran afecto y dolor considero
y contemplo en mi alma tus cinco llagas,
teniendo ante mis ojos aquello que ya
el Profeta David ponía en tus
labios acerca de ti:
"Han taladrado mis manos y mis pies,
y han podido contar todos mis huesos."
Amen

12 feb 2012

Santa María del Sagrado Corazón de Jesús

Acuérdate, Nuestra Señora del Sagrado Corazón,
de las maravillas que hizo en Ti el Señor.
Él te escogió por Madre y te quiso junto a su cruz.
Ahora, te hace partícipe de su gloria y escucha tu plegaria. Ofrécele nuestra alabanza y nuestra acción de gracias. Preséntale nuestras peticiones...
(Se pide la gracia que se desea alcanzar)
Haznos vivir como Tú, en el Amor de tu Hijo,
para que venga a nosotros su Reino.
Conduce a todos los hombres, a la Fuente de Agua Viva que brota de su Corazón, extendiendo, sobre el mundo, la esperanza y la paz, la misericordia y la salvación.
Mira nuestra confianza, responde a nuestra súplica y muéstrate siempre nuestra Madre.
Amén.
Nuestra Señora del Sagrado Corazón.
¡Ruega por nosotros!

10 feb 2012

Día de la Virgen de Lourdes: Rezar a María como Bernardita


Oh María, que te apareciste a Bernardita
en la cavidad de la roca;
al frío y a las sombras del invierno
Tú les trajiste el calor de tu presencia
y el resplandor de tu belleza.
Infunde la esperanza, renueva la confianza
en el vacío de nuestras vidas,
tantas veces sumidas en la sombra,
y en el vacío de nuestro mundo,
en el que el Mal hace valer su fuerza.

Tú, que eres la Inmaculada Concepción,
socórrenos, pues somos pecadores.
Danos humildad para la conversión
y valor para la penitencia.
Enséñanos a rezar por todos los hombres.
Guíanos a la fuente de la verdadera vida.
Ayúdanos a caminar como peregrinos
en el seno de la Iglesia.
Estimula en nosotros el hambre de la Eucaristía,
pan del caminante, el Pan de Vida.

Oh María, el Espíritu Santo hizo en ti maravillas:
Él, con su poder, te ha colocado junto al Padre,
en la gloria de tu Hijo, el Viviente.
Vuelve tu maternal mirada
a nuestras miserias del cuerpo y del espíritu.
Que tu presencia, como luz reconfortante,
brille a nuestro lado en el trance de la muerte.

Queremos rezarte, oh María,
con sencillez de niños, como Bernardita.
Que entremos, como ella, en el espíritu
de las Bienaventuranzas;
así podremos, ya aquí abajo,
empezar a conocer las alegrías del Reino
y cantar contigo tu Magníficat.

¡Gloria a Ti, Virgen María,
dichosa servidora del Señor,
Madre de Dios,
morada del Espíritu Santo!
¡Amén!

9 feb 2012

Fundir nuestra cruz con la cruz de Cristo


Para nosotros, de Anneke Kaai
 

La cruz con Cristo es la gran revelación del significado del dolor y del valor que tiene en la vida y en la historia.

El que comprende la cruz, el que la abraza, comienza un camino muy distinto del camino del proceso y de la contestación a Dios: encuentra, más bien, en la cruz el motivo de una nueva ascensión a Él por la senda de Cristo, que es precisamente el Via Crucis, el camino de la cruz...

Pero la cruz nos invita a responder al amor con el amor. A Dios, que nos amó primero, nosotros podemos darle, a nuestra vez, el signo de nuestra íntima participación en su designio de salvación.

No siempre logramos descubrir en este designio el porqué de los dolores que marcan el camino de nuestra vida. Sin embargo, sostenidos por la fe, podemos llegar a la certeza de que se trata de un designio de amor, en el cual toda la inmensa gama de las cruces, grandes y pequeñas, tiende a fundirse en la única cruz.

Juan Pablo II

6 feb 2012

Cómo y porqué se ejecutó la CRUZ CÓSMICA III

Testimonio del artista Josep Cárceles


Durante la semana espero ansioso que lleguen los atardeceres de los miércoles. ¿Por qué? En la capilla del Santísimo de la parroquia de Calella de la costa nos reunimos un reducido grupo de personas, pertenecientes a la Renovación Carismática, para cantar y alabar al Señor. Dos horas espiritualmente intensas donde los efluvios del Espíritu Santo nos inflaman en elevados ardores. Las canciones son alegres y rítmicas. Reconozco que no estoy dotado para el Bel Canto, hago lo que buenamente puedo, pero quien canta, reza dos veces.
La iglesia de Calella fue quemada y parcialmente destruida durante la guerra civil. El poder de persuasión de los ateos y agnósticos fue tan necio, que al carecer de argumentos convincentes, la razón la impusieron a fuego pasando por las armas a sus pastores y devotos.
Los pelados muros del templo disimulan sus heridas ostentando una lánguida y blanca vacuidad. El presbiterio lo preside una colosal pared de 10 metros de alto por 10 metros de ancho, completamente vacía.
El Señor, en su magnanimidad, me sugirió una obra tan ciclópea como el propio muro. Una cruz de planta griega donde su sangre santificase y vivificase a toda la creación.
Ante la negativa del párroco de sufragar los gastos de la construcción y la imposibilidad de que corrieran a mi cargo, decidí reducirla a dos metros de altura. La quinta parte de la que será algún día en la realidad. Ignoro el destino final de esta cruz. Jesús sabrá porque me la encargó realizar y donde se ubicará. ¡Qué más da! Pero el solo hecho de retarme a levantar otra cruz me espoleó con inusitada energía.
En ocasiones los diseños de una cruz pueden ser más originales, deformándola en sugestiva apariencia. Para ésta en concreto, quise que fuera explícitamente rotunda. La complejidad de la estructura radicó en utilizar mis conocimientos y habilidades en carpintería para conseguirla robusta y a la vez liviana.
Los pigmentos de color también serían totalmente distintos a los utilizados hasta ahora. El impacto visual debía hallarlo en el color y textura, no en su forma. Una malla otorgaría a la cruz la rusticidad de los primeros cristianos además del blanco, signo de pureza y de luz. Blanco era el lienzo en el descendimiento de la cruz. Blanca era la sábana santa en su sepulcro. Blanca era también su túnica en la ascensión.
Los trazos de la divina Sangre los logré incorporando arpillera en su cuerpo para que resaltaran sobre la cruz.
Asimismo, las arenas gruesas que navegan en la trayectoria centrípeta, tanto podían ser los cuerpos celestes gravitando en su orbita como las almas de toda la creación. El macrocosmos y el microcosmos orbitando alrededor de su núcleo.
El centro de la cruz lo representé en la ausencia de todo cuerpo ajeno a la divinidad, significando la pureza de la lana del Cordero inmolado, la pureza paternal de las barbas de Dios Padre así como la radiación del Espíritu Santo en su manifestación de blanca paloma.
Para dotar a la sangre de irisados carmesíes y reflejos dorados, embadurné mis manos con todas las pinturas al óleo que disponía en la gama de los rojos, amarillos indios, magentas y púrpuras. Suavemente fui deslizándolas por los relieves sinuosos. Las arenas de sílice volvieron a provocar, sin darme cuenta, pequeños cortes en las yemas de los dedos, al estar enfrascado en el resultado de la purpúrea nebulosa. Solo después, entusiasmado del trabajo realizado, y cuando el aguarrás disolvió los pigmentos oleosos de mis manos, el terrible escozor provocó que evidenciara que mis manos ensangrentadas terminaron de dar la verdadera y actual apariencia.

La oración hace más grande tu corazón

Beata Madre Teresa de Calcuta

El primer requerimiento de la oración es el silencio. Las personas de oración son personas de silencio.
     La oración no es pedir. La oración es ponerse uno mismo en las manos de Dios, a disposición suya, y escuchar Su voz en la profundidad de nuestros corazón.  


     Hay mucha gente que, para no orar, utilizan la excusa de que la vida es tan agitada que las aparta de la oración. Esto no puede ser. La oración no necesita que interrumpamos nuestro trabajo sino que continuemos trabajando como si fuera una oración. No es necesario estar siempre meditando, ni conscientemente experimentar la sensación de que estamos hablando con Dios, no importa cuán bello esto pueda ser. Lo que importa es estar con Él, vivir con Él, en Su voluntad. Amar con un corazón puro, amar a todos, especialmente amar al pobre, es oración de 24 horas al día.

     La oración hace más grande a tu corazón, hasta que es capaz de contener el don de Dios mismo.

4 feb 2012

Bienvenido a la LUZ



Acércate también tú, Tomás, levántate de la caverna de tus dolores, pon tu dedo aquí y mira mi mano; extiende tu mano y ponla en mi costado: y no imagines que tu ciego dolor es más penetrante que mi gracia.

No te fortifiques en el castillo de tus sufrimientos. Naturalmente crees que tu vista es más aguda que la de los demás, tú tienes pruebas en la mano, no quieres que nadie te dé gato por liebre, y todo en él grita: ¡Imposible! Tú ves el abismo, puedes medirlo con el metro, el margen que hay entre la mala acción y la expiación, entre tú y yo. ¿Quién va a querer luchar contra semejante evidencia? Tú te retiras a tu luto, por lo menos éste es tuyo; con la experiencia de tu sufrimiento sientes que vives. Y si alguien pusiera su mano sobre ese sufrimiento, y tratara de arrancar sus raíces, arrancaría a la vez todo tu corazón del pecho - tanto te has identificado con tu dolor.

Sin embargo, yo he resucitado. Y tu prudente y viejo dolor, en el que te sumerges, en el que imaginas mostrarme tu fidelidad, en el que crees estar junto a mí, es muy anacrónico. Pues hoy me siento joven y feliz. Y lo que tú llamas tu duelo no es más que obstinación. ¿Tienes una medida en tu mano? ¿Es tu alma el criterio de lo que es posible para Dios? ¿Es tu corazón lleno de vacilaciones el reloj en el que puedes leer el designio de Dios sobre ti? Es incredulidad lo que tú tienes por sentido profundo. Pero ya que estás tan lastimado y el patente tormento de tu corazón se ha abierto hasta el abismo de tu propio ser, dame tu mano y siente con ella el latido de otro corazón: en esta nueva experiencia tu alma se entregará y la sombría amargura autoalimentada se quebrará. Tengo que vencerte.

No puedo menos de exigirte lo más querido que tienes, tu melancolía. Sácala de ti, aun cuando te cueste el alma y parezca que vayas a morir. Expulsa de ti ese ídolo, ese cascote frío de tu pecho, y en su lugar pondré en ti un corazón de carne, que latirá de acuerdo con mi propio latido. Saca de ti ese yo, que vive por no poder vivir, que está enfermo porque no puede morir: deja que perezca, así por fin podrás empezar a vivir.

Estás enamorado del triste enigma de tu incomprensibilidad, pero a ti se te ve y se te comprende, pues mira: si tu corazón te acusa, piensa que soy mayor que tu corazón y lo sé todo. Anímate a saltar a la luz, no pienses que el mundo es más profundo que Dios, no pienses que no sabré arreglármelas con él. Tu ciudad está cercada, tus provisiones están agotadas: tienes que rendirte. ¿Qué es más sencillo y más dulce que abrir las puertas al amor?

¿Qué es más fácil que caer de hinojos y decir: Señor mío y Dios mío?


EL CORAZÓN DEL MUNDO de Hans Urs von Baltasar

2 feb 2012

Novena a Nuestra Señora de Lourdes: día 1

Querida familia...quiero invitarlos a que recemos juntos esta novena a la Virgen de Lourdes que comienza hoy hasta el 11 de febrero, que fue el día elegido en 1858 para que el cielo se hiciera presente en la tierra. Ese día cambiaría para siempre, no solo la vida de Bernardita, sino que marca el comienzo de una fuente de gracia que ha brotado para toda la humanidad. Fuente que solo crece con el tiempo.


Os invito a unirnos rezando esta oración y le pediremos a Mamá María por todas las intenciones de esta familia..para que Ella derrame sus Gracias como agua de bendición sobre cada uno de nosotros, de nuestras familias y de todos los que se confian a nuestras oraciones.. Gracias, que Maria los bendiga.
   
Marta María


Oración a Nuestra Señora de Lourdes


Enséñanos a creer
como Tú has creído.

Enséñanos a amar a Dios
y a nuestros hermanos
como Tú los has amado.

Haz que nuestro amor
hacia los demás sea siempre
paciente, benigno y respetuoso.

¡Oh Virgen Santísima de Lourdes,
míranos clemente en esta hora!


Juan Pablo II

1 feb 2012

Para meditar


DIOS CUMPLE SU PROMESA
Es consuelo y energía para nuestro camino el saber que Dios nos va a conceder aquello que nos promete.
Descubre en la vida cómo obra Dios que busca nuestro bien, y pide que nos haga dóciles a su voluntad para obrar como auténticos hijos de la luz.

LA SIEMBRA ES COSA DE DIOS
Es el Señor quien da la semilla y de Él depende la cosecha de nuestras vidas. Dios nos pide permanecer allí donde Él nos llama, no desesperar y sembrar con alegría, Dios nos pide estar ahí, aunque no veamos el fruto de la siembra. ¿Cómo está tu esperanza?

DIOS NO SE CONTRADICE NUNCA
La alianza del Sinaí es incompleta para Jesús, Él da plenitud, añade preceptos positivos que nos hacen realizar de modo positivo lo bueno, y no tanto no realizar lo malo.
Aporta optimismo, descubre el lado bueno de quienes te roden, haz felices a los demás, ¡puedes hacerlo! ANIMO.

DIOS ES QUIEN LLAMA
La salvación de Dios se muestra en cómo Dios nos va guiando a través de nuestro camino. Nadie se hace a sí mismo cristiano, consagrado, sacerdote... Dios es quien llama. Es un don de Dios. Su presencia salvadora que nos guía en nuestro camino, transforma nuestras tristezas y desalientos en ALEGRÍA Y VIDA.
Ayuda a transformar las tristezas en alegrías, las tuyas, las de los demás...Dios nos capacita para ello, sin duda alguna.

EL DON DE DIOS
No es un préstamo del que nos va a pedir cuentas, no da y nos deja libres… puedes irte. De nuestra libertad depende el que seamos agradecidos o no. se trata de poner al servicio el don recibido… “Y lo seguía…"
Sé agradecido... tanto amor recibido, tantos detalles para contigo... haz tú lo mismo, Muchos necesitan tu libre entrega amorosa ¿lo habías pensado? ¡PIÉNSALO Y TE ALEGRARÁS TÚ Y MUCHOS MÁS QUE TE ESPERAN!

¡MUY IMPORTANTE!
1-Reconocer los dones recibidos.
2-Saber agradecerlos.
3-Saber ponerlos a su servicio.

Monjas mínimas de Daimiel