22 dic 2012

Un saludo para esta Navidad, en las tiernas voces de los niños, sobrinos de María Jesús, integrante de nuestra querida familia orante "En Brazos de María".
Desde San Isidro, Argentina.
¡¡¡ Gracias María Jesús!!! ¡¡¡ Feliz Navidad !!!




Original de JUAN MIGUEL DOMÍNGUEZ PRIETO.
Juan Miguel, integrante de la Familia Orante "En Brazos de María" ha compartido su lindisimo cuadro "Anunciación" aportando al blog su arte.
¡¡¡ Gracias Juan Miguel !!!


            Anunciación

20 dic 2012


Juan Miguel Dominguez Prieto Notas que he escrito recientemente (7 de diciembre) durante una hora de Adoración al Señor Expuesto a mi pobreza en la custodia

A Ti me acojo enteramente, Señor, en el Seno de tu Madre.

Ensancha mi mente por la profundidad de Tu Humildad, mas en la incomprensible pureza de La Electa.

Me veo alentado en mi esfuerzo por saborearte en honduras. Tú me das a saborear lo que quieres, y me estoy anchamente contigo.

Marana tha.

Decir Ven, Señor Jesús es pedir poder-decir “voy, Señor Jesús” en Espíritu y Verdad, pues Tú Estás conmigo, y soy el que voy –mas viniendo Tú a mi ir.

“Ven-voy” son los frutos del Amor.


“Ven” no es “Señor, que Te vea”, sino “Señor, que vea” (“si tu ojo está sano...”).


“Ven” no es “te he preparado la mesa”, sino “me has preparado la Mesa”.
(En la Eucaristía Creas la Mesa, y luego decimos: “Ven, Señor Jesús”).



CantarTe “Ven”, oh Inmutable, es “no mudarme” (stª. Teresa) a tu cada pasar por mí a cada instante, es no mudarme al paso de tu Inteligencia incomprensible.

Decir “Ven” es dejarte Hacer [a Ti], Oh Dios, obedientemente. Decir “Ven” es decir “Haz”.

Decir “Ven” es reconocer que Eres Grande para Humillarte en la Gran Humildad,
y que sólo Tú puedes hacerlo y habitarnos.


Desearíamos darte posada, y Tú Vienes a hospedarnos.

Desearíamos dignificarte, y Eres Tú El Que nos divinizas.

Desearíamos decirte algo puro, y Eres Quien nos Apalabras para Ti y en Ti.


Tú Eres, mas mi ser es tu gloria y tu delicia.




Oh Infinitud que irrumpes en la finitud, haciéndola tu Infinitud Humillada.

Oh Total Fuente que clama “Tengo sed” para que todas otras fuentes salten a Tu Vida.


¡Gloria a Ti, Impronunciable por Quien canto!

Juan Miguel Dominguez Prieto Notas que he escrito recientemente (7 de diciembre) durante una hora de Adoración al Señor Expuesto a mi pobreza en la custodia

19 dic 2012

María de la esperanza (misioneras diocesanas)

María de la esperanza preparanos para recibir a Dios,
que tus dos manitos buenas recuesten al niño en nuestro corazón.

Madre de la aurora traenos al Señor,
que nuestra pobreza haga de horizonte donde salga el sol.
Madre peregrina, virgencita de Belén,
traenos la Buena Nueva, virgen misionera, haznos renacer.

María de la esperanza preparanos para recibir a Dios,
que tus dos manitos buenas recuesten al niño en nuestro corazón.

Alegría de los pobres, madrecita del amor,
amor hecho niño que une en su carne al hombre con Dios.
Ilumina nuestra espera, que se haga realidad,
ven a transformar la noche, nuestra noche oscura en Noche Buena.

María de la esperanza preparanos para recibir a Dios,
que tus dos manitos buenas recuesten al niño en nuestro corazón.



12 dic 2012


EN EL DÍA DE NUESTRA MAMÁ GUADALUPANA
EL MEJOR HOMENAJE A MARÍA: AMAR A DIOS Y AL PRÓJIMO


Del Mensaje del papa Pablo sexto al pueblo mexicano
(L 'Osservatore Romano, 18 de octubre de 1970)


Amadísimos hijos, deseamos unir nuestra voz a ese himno filial que el pueblo mexicano eleva hoy a la Madre de Dios. La devoción a la Virgen Santísima de Guadalupe debe ser para todos vosotros una constante y particular exigencia de auténtica renov
ación cristiana. La corona que ella espera de todos vosotros no es tanto una corona material, sino una preciosa corona espiritual, formada por un profundo amor a Cristo y por un sincero amor a todos los hombres: los dos mandamientos que resumen el mensaje evangélico. La misma Virgen Santísima, con su ejemplo, nos guía en estos dos caminos.

En primer lugar, nos pide que hagamos de Cristo el centro y la cumbre de toda nuestra vida cristiana. Ella misma se oculta, con suprema humildad, para que la figura de su Hijo aparezca a los hombres con todo su incomparable fulgor. Por eso, la misma devoción mariana alcanza su plenitud y su expresión más exacta cuando es un camino hacia el Señor y dirige todo el amor hacia él, como ella supo hacerlo, al entrelazar en un mismo impulso la ternura de madre y la piedad de creatura.

Pero además. y precisamente porque amaba tan entrañablemente a Cristo, nuestra Madre cumplió cabalmente ese segundo mandamiento que debe ser la norma de todas las relaciones humanas: el amor al prójimo. ¡Qué bella y delicada intervención de Maria en las bodas de Caná, cuando mueve a su Hijo a realizar el primer milagro de convertir el agua en vino, sólo para ayudar a aquellos jóvenes esposos! Es todo un signo del constante amor de la Virgen Santísima por la humanidad necesitada y debe ser un ejemplo para todos los que quieren considerarse verdaderamente hijos suyos.


Un cristiano no puede menos que demostrar su solidaridad para solucionar la situación de aquellos a quienes aún no ha llegado el pan de la cultura o la oportunidad de un trabajo honorable y justamente remunerado; no puede quedar insensible mientras las nuevas generaciones no encuentren el cauce para hacer realidad sus legítimas aspiraciones, y mientras una parte de la humanidad siga estando marginada a las ventajas de la civilización y del progreso. Por ese motivo, en esta fiesta tan señalada os exhortamos de corazón a dar a vuestra vida cristiana un marcado sentido social -como pide el Concilio-, que os haga estar siempre en primera línea en todos los esfuerzos para el progreso y en todas las iniciativas para mejorar la situación de los que sufren necesidad. Ved en cada hombre un hermano, y en cada hermano, a Cristo, de manera que el amor a Dios y el amor al prójimo se unan en un mismo amor, vivo y operante, que es lo único que puede redimir las miserias del mundo, renovándolo en su raíz más honda: el corazón del hombre.

El que tiene mucho que sea consciente de su obligación de servir y de contribuir con generosidad para el bien de todos. El que tiene poco o no tiene nada que, mediante la ayuda de una sociedad justa, se esfuerce en superarse y en elevarse a sí mismo y aun en cooperar al progreso de los que sufren su misma situación. Y, todos, sentid el deber de uniros fraternalmente para ayudar a forjar ese mundo nuevo que anhela la humanidad.

Esto es lo que hoy os pide la Virgen de Guadalupe, ésta la fidelidad al Evangelio, de la que ella supo ser el ejemplo eminente.

Sobre vosotros, muy queridos hijos, imploramos confiado la maternal benevolencia de la Madre de Dios y Madre de la Iglesia, para que siga protegiendo a vuestra nación y la dirija e impulse cada vez más por los caminos del progreso, del amor fraterno y de la pacífica convivencia.