7 dic 2011
Para pedir un corazón virginal
Consérvame un corazón de niño, puro y transparente como una fuente.
Dame un corazón limpio que sepa amar sin exigir retorno.
Un corazón sencillo que en nadie se busque, y sólo en Dios encuentre.
Un corazón humilde, que acierte a ocultarse siempre sin pretender aparecer nunca.
Un corazón que sea cielo azul, sin nubes de sentimentalismo, sin nieblas de apegos humanos.
Un corazón libre y gozoso de desaparecer en otro Corazón, el de tu Hijo Divino.
Un corazón ilusionado con la conquista de almas, atormentado por la gloria de Jesucristo, llagado de su amor, con una herida que no se cure sino en el cielo.
Un corazón virginal suspirando siempre:
"Descubre Tu presencia,
y máteme Tu vista y hermosura,
mira que la dolencia de amor que no se cura
sino con la presencia y la figura".
P. Tomás Morales.
Milicia de Santa María
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