26 jun 2012

Lo que María nos dice de la Adoración



Ya en sus apariciones en Fátima enseñaba a los niños el valor de la adoración y cómo la respuesta al amor de Dios tiene valor de redención. Tal el significado de la oración dada a los pastorcitos: "Dios mío, yo creo en Ti, te adoro, confío en Ti, espero en Ti y te amo. Te suplico que perdones a los que no creen en Ti, no te adoran, no confían en Ti, ni esperan, ni te aman".
   
Por medio del ángel de Fátima recordamos que la adoración libera el poder de Dios para la conversión del mundo. El mismo ángel, al presentarle a los tres niños el cáliz y la Sagrada Forma, les hizo repetir : "Santísima Trinidad, Padre, Hijo y Espíritu Santo, yo te adoro profundamente, te ofrezco el santísimo cuerpo de Jesucristo, su preciosísima sangre, alma y divinidad presente en todos los tabernáculos del mundo en reparación por los ultrajes, sacrilegios e indiferencia con que se te ofende. Por los infinitos méritos del Sagrado Corazón de Jesús y del Inmaculado Corazón de María te suplico la conversión de todo el mundo". Postrados en adoración los niños veían la sangre colar de la Hostia en señal del divino sacrificio reparador de las ofensas inferidas a Dios y de la gracia de conversión que descendía para salvación de las almas.

    En muchas otras apariciones, la Virgen Santísima recuerda la verdadera y real presencia del Señor en la Eucaristía y la importancia de la adoración. Así, en San Nicolás dice: "Debe ser el Señor único centro de adoración de sus fieles. Es ésta una invitación para adorar a Jesús eucarístico, ya sea con la oración o en solemne silencio. El Señor está allí presente y llega a los corazones anhelantes de su amor. Renovad diariamente, tanto externa como interiormente, este acto de ofrecimiento, como reparación por las almas infieles, por los que, por ignorancia, viven apartados de Dios. Adorad a Jesús y su gracia os envolverá. ¡Alabado sea su Santo Nombre!" (mensaje 1535).
    En Medjugorje varias veces se refiere a la adoración. En sus mensajes nos dice: "Adoren al Santísimo sin interrupción", "Enamórense de Jesús en la Eucaristía", "Cuando los fieles adoran al Santísimo reciben grandes gracias y yo siempre estoy allí, junto a ellos en adoración a mi Hijo".
    Los grandes santuarios marianos centran su espiritualidad en el culto eucarístico. Entre otros recordemos a Lourdes, Medjugorje, San Nicolás.
    En Medjugorje surgieron comunidades religiosas que centran su vida en la adoración y propenden a la adoración perpetua.

    El Santo Padre, en su encíclica Incarnationis Mysterium, dice: "Durante 2000 años la Iglesia ha sido la cuna en la que María coloca a Jesús y lo entrega a la adoración y contemplación de todos los pueblos. Que la humildad de la Novia haga que brille aún más la gloria y el poder de la Eucaristía, la que Ella celebra y atesora en su corazón".
    La Adoración Perpetua hace, de Cristo, Rey y trae su Reinado sobre la tierra. Él prometió: "Reinaré en cada corazón, en cada hogar, en cada país del mundo entero. Reinaré por el amor omnipotente y todopoderoso de mi Corazón Eucarístico". Como dice el P. Martin Lucia, misionero de la Adoración Perpetua: "En eso consiste el triunfo del Corazón Inmaculado que la Santísima Virgen profetizó en Fátima".

Padre Justo A. Lofeudo 
Misionero del Santísimo Sacramento

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