7 mar 2012

Contactar con Dios


¿Quién dice que ponerse en contacto con Dios es algo complicado, difícil?
Orar es fácil, entablar diálogo con Dios es estar abiertos y disponibles para escuchar. Es estar expectantes ante todo acontecimiento que nos roza la vida.
La persona que vive en total disponibilidad no cavila demasiado, no piensa demasiado, no se preocupa excesivamente de cómo ponerse ante Dios, cualquier cosa la lleva a Dios.
Dice la joven judía Etty Hillesum: “Haz que cada uno de mis días sea más y mejor que la suma de las preocupaciones de la existencia cotidiana”
Esta petición hecha oración, plasma el deseo de vivir a pesar de las dificultades presentes.
Quien decide estar bien o estar mal ante un problema somos nosotros, quien decide optar por ser positivos o hundirnos en la desesperanza somos nosotros, nada ni nadie nos arrastre a una actitud que no queramos o no deseemos. La libre decisión, la libertad interior que todo ser humano lleva consigo es la llave de entrada al paraíso de nuestro bienestar y la puerta de acceso a la felicidad interior:
“Quiero simplemente intentar ser esa que ya está en mí pero que sigue buscando su plena realización” (Etty Hillesum).
Podemos dejar que las dificultades penetren en nuestro ser oscureciendo nuestro modo de actuar o simplemente dejar que pasen sin llegar a transformar nuestro estilo de vida.
Ya sé que más de uno dirá que una cosa es escribirlo y otra sufrirlo, pero no obstante dejo constancia de que hay personas con una capacidad de superación magnífica y que si ello/as pueden ¿por qué yo no? Es cuestión de intentarlo.

Marian Mudarra, monja contemplativa

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